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Todos los años nuestros hijos reciben regalos en Reyes Magos y Papá Noel de parte de muchos familiares. Esto hace que un mismo niño llegue a tener 5, 6 o incluso más regalos en un mismo momento. Comprendo que como padres queremos que a nuestros hijos no les falte de nada, yo me incluyo en esta afirmación, pero es cierto que el recibir muchos regalos juntos puede ser más perjudicial que beneficioso y os voy a explicar el por qué. Yo no soy nadie para decir cuántas cosas debéis regalar a vuestros hijos, tan solo me gustaría hablar un poco sobre el tema, dar algunos consejos y que cada uno saque sus conclusiones y haga con mis consejos lo que mejor vea.
España es un lugar muy rico en refranes, uno de los refranes que yo siempre he escuchado es “el que mucho abarca poco aprieta” o también se dice “el que mucho abraza poco aprieta”. Este refrán nos viene a decir que si estamos en muchas cosas a la vez al final no hacemos bien ninguna de ellas o no la hacemos todo lo bien que podríamos. Pues con los regalos o juguetes ocurre lo mismo. Si a un mismo niño le regalas a la vez cinco cosas distintas no va a concentrarse en ninguna de ellas. Al no concentrarse y no dedicarle tiempo a explorarlas bien puede crear una falta de interés por ellas. Si pensáis un poco en vuestra infancia seguramente recordaréis algún juguete o algún juego al que le habéis dedicado mucho tiempo. Seguramente esto ha sido porque no contabais con muchos juguetes y no os quedaba más remedio que jugar siempre con el mismo. También estoy convencido de que esto no os ha causado ningún trauma sino al contrario, habéis disfrutado mucho de ese juguete o juego hasta el punto de gastarlo de tanto usarlo y lo recordáis con cariño y nostalgia.
Seguro que de pequeño tenías algún juego de mesa al que le has dedicado cientos de partidas, una tras otra, hasta saberte de memoria todas las tarjetas o todas las casillas o todas las posibilidades de ese juego hasta saber qué opción era la mejor o qué iba a ocurrir antes de que pasase. Eso es porque has llegado a explorar el juego al máximo. Hoy en día esto no ocurre por varios motivos. Primero por la diversidad de juegos y juguetes que cada niño tiene. Esto crea una falta de concentración hacia algo en concreto. Muchos niños pequeños (y grandes) no son capaces de jugar mucho tiempo con el mismo juguete si no que cogen un juguete lo miran lo prueban un poco e inmediatamente lo sueltan y van a por otro. Esto se debe principalmente a una falta de concentración sobre algo en concreto y la diversidad de opciones da pie a esto. Repito que yo no estoy diciendo a nadie cuántos juguetes debe regalar ni cuántas cosas deben poner nuestros hijos en la carta de los Reyes Magos, tan solo son consejos.
Juguetes desde el punto de vista Montessori
Si hablamos desde un punto de vista basado en el método Montessori, decir que una de las ideas de este método es que nuestros hijos prueben, actúen y decidan por sí mismos. Para desarrollar la imaginación es necesario que el juguete tenga pocas funciones. Os explico esto. Si un solo juguete se mueve solo, si se vuelca y se pone de pie, habla, canta y baila; nuestro hijo no tiene nada que hacer con ese juguete que no sea observarlo. Sin embargo, si el juguete está quieto delante de nuestro hijo él tendrá que imaginar cómo se va a mover, cómo va a actuar, tendrá que ponerle efectos de sonido o canciones, ponerlo de pie cuando se tumbe, etc. Esto favorecerá mucho la imaginación en nuestros hijos.
Cuando yo era pequeño recuerdo que jugaba en mi patio, que era un patio bastante pequeño y con pocos lujos, cogía el palo de la escoba, que era de madera, y cogía puntillas y un martillo y le clavaba puntillas imaginando que formaba una nave, un barco, un coche y me podía pasar jugando con eso toda la mañana. Otras veces cogía unas sábanas y unos alfileres de la ropa e improvisaba una tienda o una cabaña en mi cuarto imaginando que era un castillo, un palacio o una gruta secreta con mil tesoros escondidos. Gracias a estos juegos y a muchas cosas más hoy en día me considero una persona imaginativa con gran poder de improvisación y capaz de plantearme soluciones distintas a un mismo problema.
En definitiva, lo que vengo a deciros hoy es que, si queremos que nuestros hijos tengan imaginación, puedan concentrarse en algo en concreto y se planteen situaciones distintas con un mismo escenario, debemos dejar que sean ellos los que jueguen con los juguetes y no los juguetes los que jueguen con ellos.
En cuanto al número de regalos o de juguetes que un niño pueda tener, deciros que menos es más. Muchos juguetes distraen al niño. Con menos juguetes el niño juega y se mantiene entretenido durante más tiempo. Los estudios indican que la calidad del juego es mejor con cuatro juguetes que con dieciséis. Los niños que tienen menos juguetes crean más posibilidades con esos juguetes haciendo que el juego sea más rico e imaginativo. Además, dedican más tiempo y atención a ese juego permitiéndoles mejorar su capacidad de concentración.
Con esto no quiero decir que prohibamos a nuestros familiares que regalen juguetes a nuestros hijos, pero nosotros sí podemos administrar qué juguetes usan cada tarde o cada semana. Podemos guardar algunos juguetes y dejar solo algunos durante un tiempo determinado. Pasado ese tiempo, guardamos esos juguetes y sacamos otros. Haciendo esto vamos a mejorar mucho su calidad de juego
Os deseo a todos una Feliz Navidad. Sed felices.
Manuel García. Docente y creador del podcast Estuviendo.