Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete Google Podcasts | Correo electrónico | RSS
En este programa número 8 vamos a hablar sobre las recomendaciones de verano.
Quería adelantaros que en el programa nº 9, que saldrá el 15 de julio, (los programas son quincenales) entrevistaré a una maestra de infantil la cual la podéis seguir en instagram con la cuenta seño Ana con la que hablaré sobre el método Montessori. Creo que es un tema que interesa mucho a las familias, sobre todo a aquellas que tengan hijos en infantil o aún más pequeños.
Antes de comenzar, quería recordaros que podéis visitar la página estuviendo.es para ver todos los programas que se han publicado hasta el momento y además para suscribiros y así poder estar informados de los nuevos programas que salgan. También, suscribiros al podcast en la plataforma que lo estéis escuchando (itunes, ivoox, spotufy o youtube) para recibir antes que nadie las novedades.
Ya ha finalizado el curso (por fin, pensaréis muchos) y se han entregado las esperadas calificaciones. Las tablas de Moisés para muchas familias. Como ya he comentado en más de una ocasión, no debemos darle tanta importancia a las calificaciones. Que sí, que son importantes y, muchas veces, es la única forma que tiene una familia de saber cómo va su hijo o cómo ha ido. Pero, si este es vuestro caso, si os enteráis de cómo va por las calificaciones, hay varios aspectos que no están funcionando bien.
El primero de ellos, (no los estoy poniendo por orden de importancia) la comunicación con vuestro hijo o hija. Si tú, como padre o madre, no sabes cómo va tu hijo durante el trimestre es porque no hay suficiente comunicación entre vosotros. Aunque sea muy pequeño y no sepa decirte si tiene dudas o si algo no se le da muy bien, nosotros debemos averiguarlo. Hay muchas formas de averiguar el nivel intelectual de tu hijo, tenga la edad que tenga. De hecho, si aún no lo habéis escuchado, tengo un programa dedicado exclusivamente a eso, el nº 4 concretamente. Os recomiendo que lo escuchéis.
En segundo lugar, la comunicación con el centro. Es labor del tutor o tutora, ponerse en comunicación con la familia si observa algún cambio significativo en el alumno. Si no se da el caso, pues la familia, es decir, vosotros, sois los que debéis poneros en contacto con el centro bien por correo o personalmente y solicitar una tutoría para que os informe de su rendimiento, comportamiento, ritmo de aprendizaje, etc.
Estos dos aspectos que he nombrado parecen obvios pero, muchas veces los descuidamos y en vez de retomarlos nos quejamos de esa falta de comunicación cuando tiene una fácil solución.
Volviendo a la importancia de las calificaciones que es de lo que quería hablaros.
Si yo estuviera en ese punto de haber recibido las calificaciones de mi hijo (cuando digo “hijo” hablo de hijo o hija indistintamente, es por generalizar y no andar todo el tiempo nombrando ambos sexos, no me malinterpretéis) miraría si las calificaciones han estado bien. No me centraría tanto en si son bien, notables o sobresalientes. Si un alumno ha obtenido alguna de estas calificaciones en las distintas materias significa que ha superado con éxito los objetivos propuestos para el nivel académico que ha cursado. Si está en el sobresaliente significa que los ha superado con mucho margen y así sucesivamente. Es decir, que vuestro hijo tiene el nivel adecuado para pasar al siguiente nivel que le corresponda con todas las competencias necesarias adquiridas.
Si os habéis dado cuenta, no he añadido el suficiente y es por lo siguiente. Si vuestro hijo ha tenido suficiente en alguna materia significa que ha superado de forma “suficiente”, valga la redundancia, esa materia. Esto no es algo negativo ni mucho menos pero sí un indicador de que debemos potenciar, mejorar el nivel que nuestro hijo tiene en esa materia.
Con esto uno el título del programa con lo estoy comentando: ¿Qué tareas debe hacer mi hijo en verano?
Todos los adultos nos llevamos planeando cuándo coger las vacaciones con mucho tiempo. Lo planeamos bien, las cuadramos con nuestra pareja, amigos o familiares e intentamos ir a algún lugar donde relajarnos, disfrutar, no hacer gran cosa y, sobretodo, descansar. Sin embargo, cuando le dan las vacaciones a tu hijo no paras de pensar qué ejercicios va a hacer, cuándo, cómo… Ellos también necesitan descansar, pasarlo bien, relajarse, disfrutar, sentir que están de vacaciones. No podemos ponerles tarea desde el primer día que le den las vacaciones, ni desde el segundo. Muchas veces antes de que le den las vacaciones ya le estáis diciendo: pues ahora todas las mañanas te pones un ratito que sino las cosas se te olvidan y el año que viene es más difícil”. Eso puede crear estrés en el niño y conseguir que no desconecten, que no se relajen y, por la tanto, que no quieran hacer nada o incluso puede bajar su rendimiento escolar por la fatiga acumulada.
Así que, si de verdad escucháis este podcast con la idea de recibir consejos útiles sobre la educación y el rendimiento escolar de vuestros hijos escuchad esto. Este verano hay una frase que todos las madres y padres que escucháis este podcast debéis oír de la boca de vuestros hijos, y no es otra que: “mamá, papá, estoy aburrido”.
Muchas familias cuando escuchan esta frase piensan que han fracasado como padres y no es cierto. Del aburrimiento surgen las mejores ideas, los mejores juegos, los momentos más entretenidos y divertidos. En ese momento es cuando la creatividad se hace dueña del cerebro de vuestro hijo y comienza a crear. Hay que dejar que los niños se aburran. Pensad por un momento en vosotros mismos. Cuántas veces habéis dicho o pensado esa frase cuando erais niños. Seguro que muchas. Y era entonces cuando cogías unas sábanas viejas, unas pinzas de la ropa y hacías una cabaña en tu propio cuarto. Si lo recuerdas, si te acaba de venir esa imagen a la mente, es porque lo pasaste muy bien esa tarde que estabas “aburrido”. Si tu hijo se aburre, a lo mejor le da por coger un papel en blanco, unos colores y hacer cualquier dibujo, o de sentarse a tu lado y decirte: ¿qué estás haciendo? Y comenzar una conversación contigo que puede convertirse en muy interesante. Se me ocurren muchos más ejemplos de lo que puede ocurrir y seguro que a vosotros también y me gustaría que si recordáis algún momento en que de pequeños estabais aburridos e inventabais juegos y demás que me lo pongáis en los comentarios del podcast o que lo escribáis a la cuenta estuviendo@gmail.com y estaré encantado de leerlos en el siguiente programa.
Otra cosa que puede suceder, sobre todo si el niño tiene ya unos añitos y es la primera vez que se ve aburrido, es que se enfade y le venga una rabieta. A este tema también he dedicado un programa entero con una médico especialista en psiquiatría el cual os recomiende que escuchéis si es que aún no lo habéis hecho.
Ya os adelanto que esa rabieta se le va a pasar al poco tiempo o cuando vea que no le queda otra que buscarse la vida y jugar a algo. Pero bueno, como digo siempre, nadie conoce mejor a vuestros hijos que vosotros mismos.
Entonces podéis pensar: ¿qué los dejo todo el verano aburridos sin hacer nada para que desarrollen la creatividad? Como decía mi abuela: “todos los extremos son malos”.
Hay que dejar que desconecten. Hay que dejar que se aburran. Pero también, cuando todo esto haya ocurrido, querréis que repasen y que hagan algo para no perder el ritmo. Pues bien, vamos a empezar con las recomendaciones.
Tras dejar los días o semanas que veáis oportunos comenzaría por los deberes no deberes, que es otro programa en el que hablo de cómo hacer para que nuestro hijo practique lo que ha dado en el curso sin que se dé cuenta.
Sobre la lectura: este tema trae de cabeza a muchas familias porque dicen que no hay manera de que su hijo lea. En otros casos no, hay niños que les encanta leer. Entonces voy a dividir en tres niveles en tipo de hijo dependiendo de lo que le guste leer.
¿Qué hacer con el que le encanta la lectura?
Esta pregunta es la sencilla de responder, no ponerle límites. Que lea lo que quiera y cuando quiera. Textos sencillos, complicados, comics, novelas, ficción, etc. Lo que sea y a su ritmo, no al que vosotros decidáis que es el mejor ritmo.
¿Qué hacer con los niños que leen de vez en cuando?
Varias recomendaciones al respecto. Si pretendemos la que lectura sea algo habitual en nuestros hijos debemos conseguir que lo sea de verdad. ¿A qué me refiero con esto? Beber agua es algo habitual en nuestra vida, ver la tele, llamar por teléfono y muchas cosas más. Ahora pensad dónde están las cosas que son habituales en nuestra vida. No están guardadas en una estantería, ni están escondidas en un cajón. Están a la mano. Tan a la mano que pasas y coges el móvil sin tener apenas que desplazarte. Coges un vaso limpio sin esfuerzo y la botella está muy visible para todos. En fin, creo que se entiendo por dónde voy.
Con los libros de lectura hay que hacer lo mismo. No pueden estar muy guardados en una estantería en una habitación al a que casi nunca entras o en la que entras poco. Tienen que estar a la vista y a la mano. Sobre todo a su mano, es decir, a una altura a la que lleguen con facilidad. Simplemente con que esté en el brazo del sofá (me refiero a uno o dos) o en el mueble del salón pero no ordenadísimo sino que se vea que se puede usar en cualquier momento.
Otro aspecto fundamental es predicar con el ejemplo. Si nuestro hijo ve que no leemos nada, no podemos pretender que él sí lo haga.
Otra idea para hacer más atractiva la lectura es acompañarla de algún alimento atractivo. Por ejemplo, cuando vemos una buena película hacemos palomitas. Ese gesto de hacer palomitas les está indicando que vamos a pasar un buen rato haciendo algo divertido ¿Por qué no hacer eso con la lectura?
Pasamos ahora el último caso
¿Qué hacer si a mi hijo no le gusta nada o le gusta muy poco leer?
Hay muchos niños que leen por obligación. Por no escuchar a los padres relatar o porque van a conseguir algo a cambio. Esa lectura que se está consiguiendo no es una lectura efectiva. Las cosas que se hacen sin ganas dan malos resultados.
Además de las medidas descritas en el caso anterior, añadiría el facilitarle libros que sean de un nivel lector inferior al que corresponda a nuestro hijo. Hay que tener como meta que lea, da igual el qué. La idea es dejar a la mano libros de lectura muy sencilla para ellos e intentar que sean ellos mismos los que lo cojan y lo ojeen. Puede lean solo un par de líneas pero, cuando descubran que se les da bien (ya que es un nivel más bajo que el de ellos) van a querer seguir leyendo.
Con respecto a la materia de matemáticas.
Una buena forma de saber qué debe repasar mi hijo en verano es mirar la libreta de este curso que acaba de hacer. Ahí podremos ver el tipo de operaciones básicas que ha hecho a lo largo de curso y hasta que nivel de dificultad.
Una vez sabidos, podéis enfocar la materia de forma directa, es decir, haciendo que haga cuentas y problemas sin más o hacerlo como comentaba anteriormente. Hacerlo de forma que no se dé cuenta de que está haciendo deberes. Cualquier oportunidad es buena. Calcular cuánto costaría el alquiler de un piso para irnos de vacaciones, los kilómetros que hacer si vamos varias veces, si gastamos 345 gramos de tomates al día y vamos a estar 7 ¿cuánto tomate necesitamos?
Todos los ejemplos que se os ocurran sirven, aunque sean de un nivel un poco por debajo o un poco por encima del nivel del niño. Tan solo hay que tener imaginación y ganas.
Con respecto el resto de materias:
Los consejos que he dado para matemáticas son aplicables al resto de materias. Pero ojo, tampoco podemos estar todo el día haciendo preguntas al niño porque va a llegar un momento en el que no nos va a querer ni responder. Recordad la frase de mi abuela: “todos los extremos son malos”.
Resumiendo un poco para terminar. Dejad que desconecten, que se relajen y que sientan que están de vacaciones. Hacedles saber que estáis muy orgullosos de todo el esfuerzo que han hecho durante el curso. Además, recordad que hemos pasado por un situación única en la que han trabajado desde casa y eso es digno de elogiar. Vuestra labor como padres también, por supuesto, pero estamos hablando ahora de ellos. Una vez que haya pasado el tiempo que estiméis oportuno comenzad con los deberes no deberes o, si preferís ir directos, proponerles tareas como tal pero de forma moderada. No vais a conseguir mejores resultados llenando su mente de tareas interminables. Centraros en la lectura, la escritura y las operaciones básicas y tocad lo demás por encima (de nada vale que consigamos que el niño sepa que es un texto instructivo para el curso siguiente por ejemplo).
Disfrutad del verano en familia. Dedicadles tiempo, Hacedles sentir importantes (porque lo son) y recibiréis mucho de ellos.
Espero que os haya gustado el programa de hoy. La mejor forma de demostrarlo es difundiéndolo a otras familias y recomendándolo. Recordad que os podéis suscribir al podcast y me podéis seguir en Instagram, en la cuenta estuviendo, donde publico retos y novedades sobre el podcast y sobre el canal de YouTube. No olvidéis dar a me gusta o valorar positivamente el programa.
Sed felices, hasta el próximo programa. Adios.