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Comienza un nuevo curso y, como no puede ser de otra forma, toca preparar la maleta de nuestros peques. Es entonces cuando nos surge esa duda:
¿Qué echo en la maleta o qué le digo que meta en la maleta?
Muchas personas piensan que cargar la maleta en exceso es malo para nuestros hijos, pero yo os recomiendo todo lo contrario.
Yo os propondría que la cargarais hasta arriba, que la llenarais entera sin que quede ni un hueco. Pero os estaréis preguntando que qué es lo que deben llevar el primer día para que vaya llena hasta arriba. Pues veréis, esto es lo que yo echaría:
- Ilusión: ilusión por volver, ilusión por empezar un nuevo curso, ilusión por encontrarse de nuevo con compañeros y maestros, ilusión por jugar de nuevo en el patio del cole. En definitiva, ilusión.
- Confianza: debemos dejar muy claro a nuestros hijos que ellos son capaces de afrontar este nuevo curso que comienza y, no solo eso, sino que van a ser capaces de aprender muchísimo y que, si algo se les complica, aquí estamos nosotros para ayudarles en lo que sea. Tanto si es un problema con una materia como si es con algo que le ha pasado en el cole y que le trae de cabeza.
- Amor: que levante la mano al que le gusta sentirse querido por los demás. Por eso es tan importante ir cargado de amor. Para poder regalárselo a los demás y demostrar a compañeros y maestros que los quieren y que son importantes para ellos.
- Respeto: debemos conseguir que nuestros hijos sepan que no importa cómo sea cada uno. En el cole se va a encontrar personas de todos los tipos: altos, bajos, flacos, gordos, etc. Debe tener presente que el físico no determina la calidad de una persona, sino los valores que tenga. También es fundamental respetar a los demás cuando opinen distinto a ellos o tengan gustos o formas de pensar diferentes.
- Alegría: cuando los alumnos de una clase están llenos de alegría el ambiente es maravilloso. Todo se hace con naturalidad y el día a día fluye casi sin darnos cuenta. Cuando las sonrisas vuelan de un lado a otro de la clase todo es distinto. Cuando un compañero deja a otro un lápiz, pero con una sonrisa en los labios la otra persona se siente bien, se siente acompañada.
- Optimismo: no todo el mundo sabe ver la vida desde esta perspectiva, pero los niños sí. No debemos hacerles perder esta forma de ver el mundo.
- Ganas de hacerlo bien: cuando estrenas una libreta, cuando pones tu nombre en la primera hoja, o cuando haces la primera portada las ganas por hacerlo de la mejor forma posible son tremendas. Quieres escribir tu nombre con una letra tan bonita que hasta los mejores escritores enloquecerían al verla. Pues debemos intentar que esas ganas perduren todo el curso y que los acompañe también en lo que hagan fuera de clase.
- Ganas de hacer nuevas amistades: puede ocurrir que nuestro hijo entre por primera vez en el cole o que haya tenido que cambiar de centro por cualquier motivo o que alguien nuevo venga al centro de tu hijo. Cualquiera de estas opciones es una buena oportunidad para hacer nuevos amigos y para hacer sentir cómodo y arropado a esa persona que acaba de llegar.
- Ganas de aprender: si algo se intenta en los centros es que nuestros hijos aprendan cosas nuevas. Por eso las ganas por aprender son esenciales.
Todas estas cosas que he nombrado y algunas más que se me ocurren, pero no me quiero extender mucho, deben ir en la maleta de nuestro hijo el primer día de cole. Pero lo más importante de todo es que no deben sacar nada bajo ningún concepto, sino que deben dejarlas ahí para todo el curso.
Si eres docente y me estás escuchando, toma buena nota y aplícate el cuento porque esto también va contigo.
Manuel García. Docente y creador del podcastEstuviendo